viernes, 21 de mayo de 2010

Cronica : "El Chico del Transporte".


Por una vez hagamos caso a nuestra cabeza y no a nuestro corazón
Quizás está frase podría ser el resumen ideal de lo vivido el domingo 9 de Mayo en Ávila. La sensatez por encima del orgullo, la derrota del objetivo no cumplido contra la llegada del momento de decir hasta aquí hemos llegado, basta. Por una vez hicimos caso a nuestra cabeza y dejamos de lado los sentimientos del corazón que nos animaban a seguir. Ya sabéis que no me suelo dar por vencido fácilmente, mis crónicas de la Irati del año pasado y de esta misma marcha en su pasada edición:
http://elchicodeltransporte.blogspot.com/2009/06/cronica-irati-xtrem-2009.html
http://elchicodeltransporte.blogspot.com/2009/05/cronica-marcha-puertos-miticos-de-avila.html
así lo atestiguan, pero hay veces que hay que saber parar y esta, irremediablemente, era una de ellas. Ya sé que nada es imposible, como lo demuestran los 168 valientes que acabaron la marcha larga, pero esta vez yo no sería uno de ellos. Una retirada a tiempo es una victoria suelen decir y, según estaban las condiciones, creo que hice lo correcto.
Que comience la crónica:
Partimos de Vitoria a las 8 de la mañana del sábado, viaje corto con tanta conversación. Descargar los bártulos y ponernos manos a la obra. Toca barbacoa, no todo va a ser bici no? jejeje... Reposar un poco las chuletillas y a estirar las piernas. Nos damos un paseo por las localidades de Burgohondo, Navalmoral, San Juan de la Nava... o sea, una horita y media charlando animadamente y disfrutando del paisaje.
Ducha rápida y para Ávila a recoger los dorsales, allí coincidimos con algunos foreros amigos (Harek, Chano...) y a otros que tenemos el gusto de conocer ese día (Sevilla45, Toni, Filetín,Xavier) ver los stands, fotos para el recuerdo y a enseñar la ciudad a mi invitado y acompañante para esta edición de la marcha que no es otro que M.A., vigente Campeón de la Copa de España de Cicloturismo.
Empieza a nublarse, el sol se esconde, la temperatura baja y empieza a llover. Preludio de lo que acontecerá mañana. Mejor volvamos para Navaluenga. volvamos a casa.
Cenar la tradicional pasta y a dormir. Primer pensamiento que viene a la cabeza, rezar para que mejore el tiempo. La noche pasa fugázmente, el cielo ha estado descargando agua toda la noche, ahora chispea. Desayuno copioso, vestirnos de romano y a la faena. Llegamos a Ávila, ya hay bastante gente en los alrededores de la salida. Miro al cielo, sol y nubes, algún tímido rayo de sol otea el horizonte. Preparar la bicicleta y a la línea de salida. Este año llegamos a los 900 participantes, los ánimos al comienzo por las nubes, las mismas que luego nos aguarían la fiesta.
El speaker oficial de la Vuelta, Juan Mari, nos alienta con sus arengas. Comienza la marcha. Primeros kilómetros neutralizados, contamos con un invitado inesperado, el viento en contra. Mi compañero y yo adelantamos posiciones antes de la subida del primer puerto, La Paramera. La idea es ir en los primeros grupos y luego dejarnos caer en Serranillos y hacer el resto de la marcha más suave. El plan sigue su ritmo, vamos subiendo tranquilos pero con la primera centena. Vemos cerca el coche que abre la marcha. Hay nervios y los parones se acrecentan. Coronamos La Paramera y enfilamos la bajada al Barraco, viento lateral pronunciado, precaución. Toca subir San Juan de la Nava, pelotón enfilado, en Navalmoral ya está roto, se forman grupetas y en una de ellas M.A. y yo vamos tirando. Nos dan algún relevo hasta llegar a Burgohondo. El tiempo está respetando, seguimos con el plan inicial de tomar el recorrido largo, decisión incorrecta, tal y como se demostrará posteriormente. Primeros compases de subida a Serranillos, buen ritmo subiendo, hasta aquí 28,70 km/hora de media. El plan sigue funcionando hasta que empieza a chispear en Navarrevisca, las gotas incrementan su tamaño y en Serranillos cuando llegan los últimos kilómetros del puerto el viento arrecia y el granizo hace acto de presencia. La temperatura ronda los 5 grados, peligra nuestra integridad cuando nos ponemos de pie para seguir la subida. Las primeras unidades de compañeros se dan la vuelta, nosotros lo seguimos intentando, mi compañero empieza a dudar, la grupeta en la que vamos también decide darse la vuelta. Mi cabeza en unos segundos tiene que tomar la decisión. Nos comentan que en el siguiente puerto, Mijares, la cosa está parecida. Quedan 130 kilómetros. Estamos empapados, no estamos disfrutando, la tiritera empieza a ser preocupante. Yo no me rindo, pienso, pero al momento me acuerdo de mi compañero. Qué hacer, hacemos caso a la cabeza o al corazón. Decidido, nos damos la vuelta, hoy no puede ser.
Intentar ponernos los guantes, tenemos que ayudarnos entre los dos, apenas podemos mover los dedos y bajando a los frenos les cuesta hacer su trabajo con eficacia. Conseguimos bajar, necesitamos entrar en calor, el único bar abierto nos servirá de refugio a nosotros y al resto de ciclistas. Entrar en el bar y ver una situación dantesca, gente tiritando, caras desencajadas, esto parece la guerra. Un chico al lado mio intenta recuperar el aliento, es americano, sigue con la ropa puesta, empapado, yo no estoy para muchos trotes pero le levanto, le quito el chubasquero y le abrazo, necesita entrar en calor, al minuto va recuperando el color de la cara. Me cuenta que estará por nuestro país unos meses de marcha en marcha, quedamos para hacer la Beloki. A partirde aquí se suceden una serie de acontecimientos entrañables, que llenan de orgullo a cualquiera al describirlos. Poco a poco vamos entrando en calor y de los momentos iniciales de desconcierto se pasa a la confraternización. Nos encontramos con un paisano, Cosletti, un amigo a partir de ahora, se me acercan unos chicos del C.C. Montehermoso, me han reconocido, tu eres Dandy no? Al momento me encuentro saludando a otros chicos que también me conocen; foreros como El Moñi, una grupeta del C.C. Hortaleza... esto sí que es una sorpresa. Busquemos la parte positiva, estamos ante una situación desagradable. Todos queríamos seguir pero en esta situación no es lo más recomendable, estamos fastidiados pero a la vez todavía tenemos ánimo para sacar una sonrisa, hacernos unas fotos. Me llena de satisfacción saber que cuando escribo en este blog la gente me lee y le gusta seguirme, esto me da ánimos para seguir haciendo marchas y contarlas aquí. Esta no ha podido tener un final feliz, por lo menos no el deseado pero todos sabemos que habrá más oportunidades. Esto no es una derrota, es un cuento inacabado, le daremos su final en el momento que toque.
...pasar por la alfombra de la línea de meta se había convertido en mero trámite. No importa los tiempos, no importa la clasificación. Toda mi admiración para los que consiguieron terminarla y todos mis ánimos para aquellos que lo intentamos.
Siempre hay que ser positivos, de los malos momentos también se aprende. Tomamos nota para posteriores ocasiones. Perdimos la oportunidad de escribir una nueva gesta pero en aquel bar descubrimos el verdadero cicloturismo y ganamos muchos amigos. Gente que no vive de esto, sufriendo en sus carnes el rigor del frío abulense. Nadie nos paga por esto pero somos ciclistas y llevamos este deporte grabado a fuego en nuestros corazones,y eran estos los que nos animaban a seguir,pero esta vez la cabeza ganó la partida.
Habrá más marchas y no lo dudéis las cartas volverán a echarse encima de la mesa y seguro que la próxima vez tendremos una mano buena y ganaremos la partida completa. Esta vez nos fuimos a medias pero la siguiente haremos saltar la banca.